Sobre el origen de Jesús y la acción de Dios

ORIGEN DE JESÚS

Benedicto XVI, catequesis.
VATICANO, 02 Ene. 13 / 11:20 am (ACI).-

Queridos hermanos y hermanas,
La Natividad del Señor ilumina una vez más con su luz la oscuridad que a menudo rodea nuestro mundo y nuestros corazones, trayendo esperanza y alegría. ¿De dónde viene esta la luz? De la cueva de Belén, donde los pastores encontraron a "María y José y el niño, acostado en un pesebre" (Lc 2:16).

Ante esta Sagrada Familia surge una pregunta más profunda: ¿cómo puede aquel Niño pequeño y débil haber traído al mundo una novedad tan radical para cambiar el curso de la historia? ¿No hay quizá algo misterioso en su origen, que va más allá de esa cueva?

Una y otra vez surge la cuestión sobre el origen de Jesús, la misma que pone el Procurador Poncio Pilato durante el juicio: "¿De dónde eres tú?" (Jn 19:9). Sin embargo, su origen es muy claro. En el Evangelio de Juan, cuando el Señor dice: "Yo soy el pan que ha bajado del cielo", los judíos reaccionan murmurando: "¿Acaso este no es Jesús, el hijo de José? Nosotros conocemos a su padre y a su madre. ¿Cómo puede decir entonces: "Yo he bajado del cielo?" (Jn 6,42).

El dogma de la INMACULADA CONCEPCIÓN

¿EN QUÉ CONSISTE ?

El Dogma de la INMACULADA CONCEPCIÓN consiste en que
la Virgen fue preservada inmune de la mancha del pecado original desde el primer instante de su Concepción, por singular gracia y privilegio de Dios Omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, Salvador del genero humano. Esta verdad fue proclamada como Dogma de Fe por el Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, en la Bula Ineffabilis Deus.

La santidad perfecta de María, JPII, audiencia general, 15 may 1996
La Inmaculada Concepción, JPII, audiencia general, 29 may 1.996
María Inmaculada, redimida por preservación, JPII, audiencia general, 5 jun 1996
La definición dogmática del privilegio de la Inmaculada Concepción, JPII, audiencia general, 12 jun 1996
La Virgen María santa durante toda la vida, JPII, audiencia general, 19 jun 1996

Otros DOGMAS:

Devoción a la Inmaculada

Autor: Llucià Pou Sabaté | Fuente: Catholic.net
La devoción a la Inmaculada
La devoción a la Inmaculada: nos humaniza, nos hace más delicados en el amor


“¿Quién es esta, que se levanta como la aurora, que es hermosa como la luna, y resplandece como el sol?”, proclama la Iglesia. La tierra y el cielo, la Iglesia entera, celebra gran fiesta, y nosotros también. Esta fiesta se extendió desde Oriente donde comenzó, por muchos sitios desde el siglo VII, y desde el siglo XIII ya se vivió como fiesta por todo el pueblo cristiano.

La Virgen no padeció mancha de pecado alguno, ni el original que nos legaron Adán y Eva, ni otro alguno. En este misterio celebramos que quedó constituida libre del pecado original desde el primer instante de su vida. Ella es la "plena de gracia", en virtud de un singular privilegio de Dios y en consideración de los méritos de Cristo. Fue constituida libre de cualquier egoísmo y atadura al mal. Convenía que la que tenía que ser Virgen María fuera la maravilla de la creación, la obra maestra.

Nos conviene contemplar a la más perfecta, la más bella de las mujeres. “Tota pulchra est Maria”: es la criatura más hermosa que ha salido de la mano de Dios. Reina del cielo y de la tierra, es superior por su gracia a todos los ángeles.