La palabra "sumisión" puede generar reacciones encontradas en nuestra sociedad actual. Para muchos, evoca imágenes de opresión o pérdida de dignidad. Sin embargo, cuando exploramos su significado original en las Escrituras y la tradición cristiana, descubrimos una realidad completamente diferente: la sumisión cristiana es un acto de amor, libertad y confianza.

Hoy quiero llevarte en un viaje a través de tres perspectivas fundamentales que nos ayudarán a comprender el verdadero corazón de este concepto tan mal entendido.