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Es Lícito a los casados el DIVORCIO?

Hoy en el Evangelio de la liturgia (cf.  Mc  10,2-16) Jesús nos habla del amor conyugal. Como otras veces, algunos fariseos le hacen una pregunta provocadora sobre un tema controvertido: el repudio de la mujer por parte del marido. Quisieran arrastrarlo en una polémica, pero Él no lo permite, es más, aprovecha la ocasión para llamar su atención sobre un discurso más importante: el valor del amor entre hombre y mujer.  

En la época de Jesús la condición de la mujer en el matrimonio estaba en gran desventaja respecto a la del hombre: el marido podía echar, repudiar a la mujer, incluso por motivos banales y esto se justificaba con interpretaciones legalistas de las Escrituras. Por eso, el Señor reconduce a sus interlocutores a las exigencias del amor. Les recuerda que el Creador quiso que mujer y hombre fueran iguales en la dignidad y complementarios en la diversidad, para poder ser el uno para el otro una ayuda, compañía, pero al mismo tiempo un estímulo y un desafío para crecer (cf. Gen 2). ,20-23).    

Y para que eso suceda, subraya la necesidad de que su entrega recíproca sea plena, que involucre, que sea sin “medias tintas” – esto es el amor – que sea el inicio de una vida nueva (cf. Mc 10,7; Gen 2,24), destinada a durar no “hasta que no funcionar”, sino para siempre, acogiéndose de manera recíproca y viviendo unidos como “una sola carne” (cf. Mc 10,8; Gen 2,24). Por supuesto, esto no es fácil, requiere fidelidad, también en las dificultades, requiere respeto, sinceridad, sencillez (cf. Mc 10,15). Requiere estar abiertos a la confrontación, a veces a la discusión, cuando sea necesario, pero siempre dispuestos para el perdón y para la reconciliación. Y recomiendo: marido y mujer, discutid todo lo que queráis, con la condición de que se hagan las paces antes de que acabe el día. ¿Saben por qué? Porque la guerra fría del día siguiente es peligrosa. “Y dígame, Padre, ¿cómo se hacen las paces?” – “Basta una caricia, así”, pero nunca acabéis el día sin hacer las paces.          

No olvidemos, pues, que para los esposos es esencial estar abiertos al don de la vida, al don de los hijos, que son el fruto más hermoso del amor, la bendición más grande de Dios, fuente de alegría y de esperanza para cada hogar. y para toda la sociedad. ¡Tened hijos! Ayer tuve un gran consuelo. Era el día de la Gendarmería y vino un gendarme con sus ocho hijos. Era hermosísimo verlo. Por favor, estás abierta a la vida, a lo que Dios os mande. No olvidemos que para los esposos es esencial estar abiertos al don de la vida.  

Queridas hermanas, queridos hermanos, el amor es exigente, sí, pero es hermoso y cuanto más nos dejamos implicar más descubrimos en él la verdadera felicidad. Y ahora que cada uno se pregunta en su corazón: ¿Cómo es mi amor? ¿Es fiel? ¿Es generoso? ¿Es creativo? ¿Cómo son nuestras familias? ¿Están abiertos a la vida, al don de los hijos?

Que la Virgen María ayude a los esposos cristianos. Nos dirigimos a Ella en unión espiritual con los fieles reunidos en el Santuario de Pompeya para la tradicional Súplica a Nuestra Señora del Santo Rosario.

Papa Francisco, Angelus, 6 oct 2024

Gn 2,18-2  Y serán los dos una sola carne


Lectura del libro del Génesis.

EL Señor Dios se dijo:
«No es bueno que el hombre esté solo; Voy a hacerle a alguien como él, que le ayude».
Entonces el Señor Dios modeló de la tierra todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo, y se los presentó a Adán, para ver qué nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que Adán le pusiera.
Así Adán puso nombre a todos los ganados, a los pájaros del cielo ya las bestias del campo; pero no encontré ninguno como él, que le ayudase.
Entonces el Señor Dios hizo caer un letargo sobre Adán, que se durmió; le sacó una costilla, y le cerró el sitio con carne.
Y el Señor Dios formó, de la costilla que había sacado de Adán, una mujer, y se la presentó a Adán.
Adán dijo:
«¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Su nombre será "mujer", porque ha salido del varón».
Por eso abandonará el varón a su padre ya su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.

Palabra de Dios 


Sal 126(127),1-2.3.4-5a.5b-6 R. cf. 5)

R.  Que el Señor nos bendiga
todos los días de nuestra vida.

V.  Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R.

 

V. Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa. R.

 

V. Esta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sion, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida. R.


V. Que veas a los hijos de tus hijos. ¡Paz a Israel! R. 


Hb 2,9-11


El santificador y los santificados proceden todos del mismo


Lectura de la carta a los Hebreos.

HERMANOS:
Al que Dios había hecho un poco inferior a los ángeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte. Pues, por la gracia de Dios, gustó la muerte por todos.
Convenía que aquel, para quien y por quien existe todo, llevara muchos hijos a la gloria perfeccionando mediante el sufrimiento al jefe que iba a guiarlos a la salvación.
El santificador y los santificados proceden todos del mismo.
Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos.

Palabra de Dios.


Aclamación

R.  Aleluya, aleluya, aleluya.
V.  Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. r. 


Evangelio

Mc 10, 2-16 

Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre


Lectura del santo Evangelio según san Marcos.

EN aquel tiempo, acercándose unos fariseos, preguntaban a Jesús para ponerlo a prueba:
«¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?».
Él les replicó:
«¿Qué les ha mandado Moisés?».
Contestaron:
«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla».
Jesús les dijo:
«Por la dureza en su corazón dejó escrito a Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre ya su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.
De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo:
«Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».
Acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos los regañaban.
Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:
«Dejen que los niños se acerquen a mí: no se lo impidan, pues de los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad les digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él».
Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos.

Palabra del Señor.

Consejos para la vida en pareja, padre Ángel Espinoza

No te quejes. Haz tu inventario moral. Los sordos, saber escuchar. Los mudos,pierde todas las discusiones. Escucha a tu mujer.Dile al otro te quiero. Dile que guapa está ...

Que el MATRIMONIO valido para Dios es el sacramental en SU IGLESIA

Adulterio:
son actos sexuales de una persona casada con una que nos es su cónyuge. Un pecado que ante los ojos de Dios tiene terrible castigos.

"No cometerás adulterio" Éx.20,14.
"No te acostarás con la mujer de tu prójimo; te harías impuro con ella" Lv.18,20.
"Si se sorprende a un hombre casado con una mujer casada morirán los dos, tanto, la mujer como el que se acostó con ella. Así extirparás el mal de Israel" Dt.22,22.
"Todo el que mira a una mujer con mal deseo ya cometió adulterio en su corazón" Mt.5,28.
"Ahora yo le digo: el que se separa de su mujer, excepto en caso de unión ilegítima, y se casa con otra, comete adulterio" Mt.19,9,


PORQUE ES PECADO VIVIR EN UNION LIBRE? 

EL MATRIMONIO, MEJOR ANTÍDOTO CONTRA LA VIOLENCIA EN LA PAREJA 

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¿Qué es lo que es pecado en el concubinato (la unión libre)?: El vivir juntos o el tener relaciones sexuales?

#Inmaculadocorazóndemaría #hizomasfuertemife
ES UNA OFENSA GRAVE A LA DIGNIDAD DEL MATRIMONIO. Se desobedece a Dios; sexto mandamiento.

Quienes no están unidos en legítimo matrimonio deben vivir la castidad perfecta, lo cual incluye no sólo abstenerse de practicar relaciones sexuales sino de toda expresión de afecto propiamente matrimonial. Si dos personas de diverso sexo viven bajo el mismo techo 'como hermanos' no cabrían objeciones morales, salvo el que esto sea para ellas ocasión de tentaciones o bien sirva de escándalo para los demás; pero si viven afectivamente como esposos, aun cuando no tengan relaciones sexuales tal situación es moralmente incorrecta. El catecismo de la Iglesia nos contesta lo siguiente:

2390 Hay unión libre cuando el hombre y la mujer se niegan a dar forma jurídica y pública a una unión que implica la intimidad sexual.

La expresión en sí misma es engañosa: ¿qué puede significar una unión en la que las personas no se comprometen entre sí y testimonian con ello una falta de confianza en el otro, en sí mismo, o en el porvenir?

ES PECADO PORQUE:
Esta expresión abarca situaciones distintas: concubinato, rechazo del matrimonio en cuanto tal, incapacidad de unirse mediante compromisos a largo plazo (cf FC 81). Todas estas situaciones ofenden la dignidad del matrimonio; destruyen la idea misma de la familia; debilitan el sentido de la fidelidad. Son contrarias a la ley moral: el acto sexual debe tener lugar exclusivamente en el matrimonio; fuera de éste constituye siempre un pecado grave y excluye de la comunión sacramental.

2391 Muchos reclaman hoy una especie de "unión a prueba" cuando existe intención de casarse. Cualquiera que sea la firmeza del propósito de los que se comprometen en relaciones sexuales prematuras, éstas "no garantizan que la sinceridad y la fidelidad de la relación interpersonal entre un hombre y una mujer queden
aseguradas, y sobre todo protegidas, contra los vaivenes y las veleidades de las pasiones" (Congregación para la Doctrina de la Fe, decl. "Persona humana" 7). La unión carnal sólo es moralmente legítima cuando se ha instaurado una comunidad de vida definitiva entre el hombre y la mujer. El amor humano no tolera la "prueba". Exige un don total y definitivo de las personas entre sí (cf FC 80).

Adulterio:
2380 El adulterio. Esta palabra designa la infidelidad conyugal. Cuando un hombre y una mujer, de los cuales al menos uno está casado, establecen una relación sexual, aunque ocasional, cometen un adulterio. Cristo condena incluso el deseo del adulterio (cf Mt 5, 27-28). El sexto mandamiento y el Nuevo Testamento prohíben absolutamente el adulterio (cf Mt 5, 32; 19, 6; Mc 10, 11; 1 Co 6, 9-10). Los profetas denuncian su gravedad; ven en el adulterio la imagen del pecado de idolatría (cfOs 2, 7; Jr 5, 7; 13, 27).

2381 El adulterio es una injusticia. El que lo comete falta a sus compromisos. Lesiona el signo de la Alianza que es el vínculo matrimonial. Quebranta el derecho del otro cónyuge y atenta contra la institución del matrimonio, violando el contrato que le da origen. Compromete el bien de la generación humana y de los hijos, que necesitan la unión estable de los padres.

"No cometerás adulterio" Éx.20,14.
"No te acostarás con la mujer de tu prójimo; te harías impuro con ella" Lv.18,20.
"Si se sorprende a un hombre casado con una mujer casada morirán los dos, tanto, la mujer como el que se acostó con ella. Así extirparás el mal de Israel" Dt.22,22.
Mt 5, 27-28 "“Habéis oído que antes se dijo: ‘No cometas adulterio.’. Pero yo os digo que cualquiera que mira con codicia a una mujer ya cometió adulterio con ella en su corazón
"Ahora yo le digo: el que se separa de su mujer, excepto en caso de unión ilegítima, y se casa con otra, comete adulterio" Mt.19,9,

NOS DICE EL PAPA FRANCISCO:
En un momento particular como el nuestro, caracterizado por la crisis de la familia, entre otras, es importante que llegue una palabra de gran consuelo a nuestras familias. El don del matrimonio es una gran vocación a la que, con la gracia de Cristo, hay que corresponder con al amor generoso, fiel y paciente. La belleza de la familia permanece inmutable, a pesar de numerosas sombras y propuestas alternativas: «El gozo del amor que se vive en las familias es también el júbilo de la Iglesia». El sendero de la vida lleva a que un hombre y una mujer se encuentren, se amen y se prometan, fidelidad por siempre delante de Dios, a menudo se interrumpe por el sufrimiento, la traición y la soledad. La alegría de los padres por el don de los hijos no es inmune a las preocupaciones con respecto a su crecimiento y formación, y para que tengan un futuro digno de ser vivido con intensidad. 
(de-la-carta-apostolica-misericordia-et-misera n 14)