La Inmaculada Concepción de María

Su fiesta se celebra el 8 de diciembre

“¿Quién es esta, que se levanta como la aurora, que es hermosa como la luna, y resplandece como el sol?”, proclama la Iglesia. La tierra y el cielo, la Iglesia entera, celebra gran fiesta, y nosotros también. Esta fiesta se extendió desde Oriente donde comenzó, por muchos sitios desde el siglo VII, y desde el siglo XIII ya se vivió como fiesta por todo el pueblo cristiano. DEVOCION A LA INMACULADA.......leer más...

La Inmaculada Concepción de María es el dogma de fe que declara que por una gracia singular de Dios, María fue preservada de todo pecado, desde su concepción. Dogma de la Inmaculada Concepción.....leer más...


La Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María tiene un llamado para nosotros:


 1-Nos llama a la purificación. Ser puros para que Jesús resida en nosotros.
 

 2-Nos llama a la consagración al Corazón Inmaculado de María, lugar seguro para alcanzar conocimiento perfecto de Cristo y camino seguro para ser llenos del Espíritu Santo.
"Con la Inmaculada Concepción de María comenzó la gran obra de la Redención, que tuvo lugar con la sangre preciosa de Cristo. En Él toda persona está llamada a realizarse en plenitud hasta la perfección de la santidad" Juan Pablo II, 5-XII-2003.

 
La Novena, inicia el 29 de noviembre

Oración a la Inmaculada Virgen María


Indice de temas del INMACULADO CORAZON DE MARIA

La Caridad Abarca Todas Las Virtudes

QUE ES CARIDAD? - 1Corintios 13 -  LO QUE ES AMAR
San Gregorio Magno, "Las morales", sobre el Libro de Job

La ley de Dios, de que se habla en este lugar, debe entenderse que es la caridad, por la cual podemos siempre leer en nuestro interior cuáles son los preceptos de vida que hemos de practicar. Acerca de esta ley, dice aquel que es la misma Verdad: Éste es mi mandamiento: Que os améis unos a otros. Acerca de ella dice san Pablo: Amar es cumplir la ley entera. Y también: Ayudaos a llevar mutuamente vuestras cargas; y así cumpliréis la ley de Cristo. Lo que mejor define la ley de Cristo es la caridad, y esta caridad la practicamos de verdad cuando toleramos por amor las cargas de los hermanos.

Pero esta ley abarca muchos aspectos, porque la caridad celosa y solícita incluye los actos de todas las virtudes. Lo que empieza por sólo dos preceptos se extiende a innumerables facetas.

Esta multiplicidad de aspectos de la ley es enumerada adecuadamente por Pablo, cuando dice: La caridad es comprensiva, la caridad no presume ni se engríe; no es ambiciosa ni egoísta; no se irrita, no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.

La caridad es comprensiva, porque tolera con ecuanimidad los males que se le infligen. Es benigna, porque devuelve generosamente bien por mal. No tiene envidia, porque, al no desear nada de este mundo, ignora lo que es la envidia por los éxitos terrenos. No presume, porque desea ansiosamente el premio de la retribución espiritual, y por esto no se vanagloria de los bienes exteriores. No se engríe, porque tiene por único objetivo el amor de Dios y del prójimo, y por esto ignora todo lo que se aparta del recto camino.

No es ambiciosa, porque, dedicada con ardor a su provecho interior, no siente deseo alguno de las cosas ajenas y exteriores. No es egoísta, porque considera como ajenas todas las cosas que posee aquí de modo transitorio, ya que sólo reconoce como propio aquello que ha de perdurar junto con ella. No se irrita, porque, aunque sufra injurias, no se incita a sí misma a la venganza, pues espera un premio muy superior a sus sufrimientos. No lleva cuentas del mal, porque, afincada su mente en el amor de la pureza, arrancando de raíz toda clase de odio, su alma está libre de toda maquinación malsana.

No se alegra de la injusticia, porque, anhelosa únicamente del amor para con todos, no se alegra ni de la perdición de sus mismos contrarios. Goza con la verdad, porque, amando a los demás como a sí misma, al observar en los otros la rectitud, se alegra como si se tratara de su propio provecho. Vemos, pues, como esta ley de Dios abarca muchos aspectos.

La WICCA, wiccanos

¿Qué es la wicca?

QUE ES WICCA? - JÓVENES SEDUCIDOS - NUEVA ERA - RELIGIÓN
Se trata de una tentación siempre actual de lograr de una forma mágica lo que requiere esfuerzo, compromiso y perseverancia

Autor: P. Jordi Rivero | Fuente: Corazones.org

El numeroso correo que recibo de jóvenes afectados por la Wicca, como también mi experiencia directa con los que han practicado esta religión me llevó a investigar y escribir este artículo. He orado por la liberación de muchos de ellos. Por lo tanto mi intención al escribir es ofrecer una guía para los que deseen discernir el camino verdadero de Dios.

¿Ha dicho algo la Iglesia?
Qué creen los wiccanos?
Las "iglesias" wicca
La seducción de una falsa libertad
La promesa de adquirir soluciones sin conversión
La relatividad religiosa
Distorsión de la historia
Conclusión
Oración al Inmaculado Corazón de María

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Jóvenes seducidos por el diablo: SATANISMO, para conocer más.


No relativizar la lucha contra el demonio

LUCHA CONTRA EL DEMONIO - ENGAÑO DEL DIABLO - ENFERMEDAD MENTAL O POSESIÓN?

Roma, 11 de octubre de 2013 (Zenit.org)

San Lucas 11, 15-26.
Siempre debemos vigilar contra el engaño del diablo. Es lo que dijo el papa Francisco en la misa de la mañana del viernes en la Casa Santa Marta. El pontífice señaló que no se puede seguir la victoria de Jesús sobre con el mal "en el medio", y reiteró que no hay que confundir, relativizar la verdad en la lucha contra el demonio.

Jesús echa fuera demonios, y alguien empieza a dar explicaciones "para disminuir la fuerza del Señor". El papa Francisco centró su homilía sobre el evangelio de hoy y recordó de inmediato que siempre existe la tentación de menospreciar la figura de Jesús como si fuera "en el mejor de los casos un curandero", que no debe tomarse "muy en serio". Una actitud, dijo, que "ha llegado a nuestros días":

"Hay algunos sacerdotes que al leer este pasaje del evangelio, este y otros, dicen: ‘Pero, Jesús sanó a una persona de una enfermedad mental’. Es cierto que en aquel momento se podía confundir una epilepsia con la posesión demoníaca; ¡pero también es cierto que era el diablo! Y no tenemos derecho a hacer tan simple la cosa, como para decir: ‘Todos estos no eran endemoniados; eran enfermos mentales’. ¡No! La presencia del demonio está en la primera página de la Biblia y la Biblia termina con la presencia del diablo, con la victoria de Dios sobre el demonio".

Para ello, advirtió, "no hay que ser ingenuos". El papa observó que el Señor nos da algunos criterios para "discernir" la presencia del mal y seguir en el "camino cristiano cuando hay tentaciones". Uno de los criterios es "no seguir la victoria de Jesús sobre el mal" solo "a medias". "O estás conmigo --dice el Señor-- o estás contra mí".

Jesús, añadió, vino a destruir al diablo, "a darnos la liberación" de la "esclavitud del diablo sobre nosotros". Y, advirtió, no se puede decir que exageramos. "En este punto, dijo, no hay matices. Hay una lucha, y una lucha en la que se juega la salud, la salud eterna, la salvación eterna” para todos nosotros. Luego está el criterio de la vigilancia. "Siempre debemos vigilar --dijo el papa--, vigilar contra el engaño, contra la seducción del mal":

"Y podemos hacernos la pregunta: ‘Vigilo sobre mí, sobre mi corazón, sobre mis sentimientos y mis pensamientos? ¿Guardo el tesoro de la gracia? ¿Protejo la presencia del Espíritu Santo en mí? ¿O dejo todo así nomás y creo que está bien?' Pero si no lo cuidas, viene uno que es más fuerte que tú. Pero cuando viene otro más fuerte y lo vence, le quita las armas en que confiaba, y reparte los despojos. ¡Hay que vigilar! Pero con tres criterios. No hay que confundir la verdad. Jesús lucha contra el diablo: el primer criterio. Segundo criterio: quien no está con Jesús, está en contra de Jesús. No hay actitudes en medio. Tercer criterio: la vigilancia en nuestro corazón, porque el diablo es astuto. ¡Nunca se aleja para siempre! Solo en el último día lo hará".

Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, recordó el papa, "vaga por lugares desiertos, buscando reposo, y no hallándolo, dice: 'Volveré a mi casa de donde salí' Y cuando la encuentra "barrida y adornada", entonces va y "toma otros siete espíritus peores que él, que vienen y toman posesión de la morada". Y, así, "el postrer estado de aquel hombre resulta peor que el primero".

"La vigilancia…, porque la estrategia de él es aquella: ‘Te has convertido en un cristiano, ve adelante en tu fe, te dejo, te dejo tranquilo. Pero luego, cuando te acostumbras y no vigilas tanto y te sientes seguro, voy a estar de vuelta’. ¡El evangelio de hoy comienza con el demonio expulsado y termina con el demonio que vuelve! San Pedro lo dijo: “Es como un león feroz, que gira a nuestro alrededor". Es así.

‘Pero, padre, ¡usted es un poco anticuado! Nos hace asustar con estas cosas...’. ¡No, yo no! ¡Es el Evangelio! Y no se trata de mentiras: ¡es la Palabra del Señor! Le pedimos al Señor la gracia de tomar en serio estas cosas. Él vino a luchar por nuestra salvación. ¡Él ha vencido al demonio! Por favor, ¡no hagamos tratos con el diablo! Él trata de volver a casa, a tomar posesión de nosotros... ¡No relativizar, sino vigilar! ¡Y siempre con Jesús!".

Traducido y adaptado por José A. Varela del texto en italiano de Radio Vaticana

La Virgen María la Esclava Obediente del Señor

Esclava del Señor \ san Lucas 1, 39-42 \ La Anunciación \ Sierva del Señor.
"He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra" (Lc 1, 38)
JUAN PABLO II, audiencia general, 4 sep 1996

"El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos" (Mc 10, 45; cf. Mt 20, 28)

2. María, la "llena de gracia", al proclamarse "esclava del Señor", desea comprometerse a realizar personalmente de modo perfecto el servicio que Dios espera de todo su pueblo. Las palabras: "He aquí la esclava del Señor" anuncian a Aquel que dirá de sí mismo: "El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos" (Mc 10, 45; cf. Mt 20, 28). Así, el Espíritu Santo realiza entre la Madre y el Hijo una armonía de disposiciones íntimas, que permitirá a María asumir plenamente su función materna con respecto a Jesús, acompañándolo en su misión de Siervo.
3. Las palabras "Hágase en mi según tu palabra" (Lc 1, 38), manifiestan en María, que se declara esclava del Señor, una obediencia total a la voluntad de Dios. El optativo "hágase" (génoito), que usa san Lucas, no sólo expresa aceptación, sino también acogida convencida del proyecto divino, hecho propio con el compromiso de todos sus recursos personales...... CONTINUE LEYENDO ESTE TEMA dando clic aquí

LA IRA DE DIOS QUE VIENE SOBRE TODOS

http://mercaba.org/Enciclopedia/I/ira_de_dios.htm 

EL GRAN DIA DE YAHVEH
Así lo describe Sofonías 1:14-18: "El gran día de Yahweh viene presuroso; el estruendo del día de Yahweh es horrible, hasta los fuertes dan gritos amargos. Día de ira es aquél, día de angustia y de congoja, día de ruina y de asolamiento, día de tinieblas y de oscuridad. aterraré a los hombres, que andarán como ciegos, por haber pecado contra Yahweh, su sangre será derramada como se derrama el polvo, y tirados sus cadáveres como estiércol . toda la tierra será consumida en el fuego de su furor"

De esta "ira de Dios" habla el A.T. en los libros históricos, proféticos y sapienciales, y el N.T. en los Evangelios, las Epístolas y el Apocalipsis. y a lo largo de la Biblia se destaca "el día del Senor", "el día grande de la ira de Yahweh", que, como nos explica S. Pablo en Rom_2:5, sería el día del juicio final, el juicio justo de Dios con castigos tremendamente enormes y eternos, pero que son "justos", porque Yahweh es misericordioso y benigno, tardo a la ira y muy benevolente: (Sal_103:8).

O sea que Dios es muy misericordioso, y tiene mucha paciencia, pero cuando descarga el furor de su ira es tan poderosa y terrible como la de un Dios: 

"Tú eres terrible, ¿quién puede resistir ante ti, bajo el golpe de tu ira? 
Desde el cielo pronuncias la sentencia, la tierra se amedrenta y enmudece"

Ira de Dios contra el pecado:

Rom 1:18  Desde el cielo nos amenaza la indignación de Dios por todas las maldades e injusticias de aquellos que sofocan la verdad con el mal.
Rom 2:5-8  Si tu corazón se endurece y te niegas a cambiar, te estás preparando para ti mismo un gran castigo para el día del juicio, cuando Dios se presente como justo Juez.
El pagará a cada uno de acuerdo con sus obras.
Dará vida eterna a quien haya seguido el camino de la gloria, del honor y la inmortalidad, siendo constante en hacer el bien; y en cambio habrá sentencia de reprobación para quienes no han seguido la verdad, sino más bien la injusticia.
Efe 5:5-7  Sépanlo bien: ni el corrompido, ni el impuro, ni el que se apega al dinero, que es servir a un dios falso, tendrán parte en el reino de Cristo y de Dios.
Que nadie los engañe con razonamientos vacíos, pues son estas cosas las que Dios se prepara a condenar en los enemigos de la fe: no sea que ustedes compartan su suerte.
Col 3:5-6  Por tanto, hagan morir en ustedes lo que es "terrenal", es decir, libertinaje, impureza, pasión desordenada, malos deseos y el amor al dinero, que es una manera de servir a los ídolos. 
Tales cosas atraen los castigos de Dios.
Jua 3:36  El que cree en el Hijo vive de vida eterna, pero el que se niega a creer en el Hijo se queda con el Dios que condena: nunca conocerá la vida." 
Heb 3:17-19  ¿Quiénes son los que cansaron a Dios durante cuarenta años? Los que habían pecado, por lo que perecieron y sus cadáveres quedaron en el desierto. 
¿A quiénes juró Dios que no entrarían en su lugar de descanso? A aquellos rebeldes, por supuesto, y vemos que se les prohibió la entrada a causa de su falta de fe. 
Heb 10:26-27  Si pecamos voluntariamente después de haber recibido el pleno conocimiento de la verdad, no puede haber ya sacrificio por el pecado; solamente queda la perspectiva tremenda del juicio y del fuego que devorará a los rebeldes.

JESÚS HA VENIDO PARA SALVARNOS:
Mat 1:21  tú eres el que pondrás el nombre al hijo que dará a luz. Y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados".
Sal 103:8  El Señor es ternura y compasión, lento a la cólera y lleno de amor;  
Isa 48:9  Pero por amor de mi Nombre contuve mi enojo y por mi honor me reprimí y no te hice pedazos. 

COMO APARTARSE DE LA IRA DE DIOS?
-Creyendo en Jesucristo nuestro salvador:
 Jua 3:14-18  Recuerden la serpiente que Moisés hizo levantar en el desierto: así también tiene que ser levantado el Hijo del Hombre, y entonces todo el que crea en él tendrá por él vida eterna. 
¡Así amó Dios al mundo! Le dio al Hijo Único, para que quien cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. 
Dios no envió al Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve el mundo gracias a él. 
Para quien cree en él no hay juicio. En cambio, el que no cree ya se ha condenado, por el hecho de no creer en el Nombre del Hijo único de Dios.
- Confesando nuestros pecados y arrepintiéndonos,
1Jn 1:9  Pero si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad. 
- Por la penitencia:
Jon 3:5-10  Los ninivitas creyeron en la advertencia de Dios y ordenaron un ayuno, y se vistieron de saco desde el mayor al menor. 
La noticia llegó hasta el rey de Nínive, que se levantó de su trono, se quitó el manto, se vistió de saco y se sentó sobre cenizas. 
Luego hizo publicar esta orden en Nínive: "Hombres y bestias no comerán ni beberán nada. 
Que se vistan de saco y clamen a Dios insistentemente. Que cada uno se corrija de su mala conducta y de sus malas obras. 
¿Quién sabe si Dios se arrepentirá y cesará su enojo, de manera que no nos haga morir?" 
Al ver Dios lo que hacían y cómo se habían arrepentido de su mala conducta, se arrepintió él también y no los castigó como los había amenazado. 

Sólo en Dios descansa mi alma, porque de él viene mi salvación; sólo él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré. Sal 62, 2-3

Diccionario Bíblico Cristiano, Dr. J. Dominguez

En el siguiente enlace otros temas de conversión: http://hizomasfuertemife.blogspot.com/search/label/conversión






Conviértete a Dios de todo corazón, Romanos 14: 17

Tomás de Kempis / Imitación de Cristo / El Reino de Dios no es comida ni bebida.
EL REINO DE DIOS ES PAZ Y ALEGRÍA EN EL ESPÍRITU SANTO, (Libro 2, 1-6)

Conviértete a Dios de todo corazón, despréndete de este mundo miserable y tu alma encontrará la paz; pues el reino de Dios es paz y alegría en el Espíritu Santo. Cristo vendrá a ti y te dará a probar su consuelo, si le preparas una digna morada en tu interior.

Toda su gloria y hermosura está en lo interior, y allí se complace. Tiene él un frecuente trato con el hombre interior, platica dulcemente con él, lo consuela suavemente, le infunde una paz profunda y tiene con él una familiaridad admirable en extremo.

Ea, pues, alma fiel, prepara tu corazón a este Esposo, para que se digne venir a ti y habitar en ti. Pues él dice:

Si alguno me ama guardará mi palabra, y vendremos a fijar en él nuestra morada. De modo que hazle en ti lugar a Cristo.
Si posees a Cristo, serás rico y con él te bastará. Él será tu proveedor y fiel procurador en todo, de manera que no tendrás necesidad de esperar en los hombres.

Pon en Dios toda tu confianza y sea él el objeto de tu veneración y de tu amor. Él responderá por ti y todo lo hará bien, como mejor convenga.

No tienes aquí ciudad permanente. Dondequiera que estuvieres serás extranjero y peregrino; jamás tendrás reposo si no te unes íntimamente a Cristo.

Pon tu pensamiento en el Altísimo y eleva a Cristo tu oración constantemente. Si no sabes meditar cosas sublimes y celestes, descansa en la pasión de Cristo, deleitándote en contemplar sus preciosas llagas.
Sufre por Cristo y con Cristo, si quieres reinar con Cristo.

Si una sola vez entrases perfectamente al interior de Jesús y gustases un poco de su ardiente amor, no te preocuparías ya de tus propias ventajas o desventajas; más bien te gozarías de las humillaciones que te hiciesen, porque el amor de Jesús hace que el hombre se menosprecie a sí mismo.


RESPONSORIO    Sal 70, 1-2. 5
R. A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; * tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo.
V. Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
R. Tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo.

ORACIÓN.


Mira con misericordia a estos tus hijos, Señor, y multiplica tu gracia sobre nosotros, para que, fervorosos en la fe, la esperanza y el amor, perseveremos en el fiel cumplimiento de tus mandamientos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

Corazón de María

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El Inmaculado Corazón de María

La Santísima Virgen nos señala su corazón, a nosotros sus hijos. Este corazón arde en amor divino, que rodeado de rosas blancas, nos enseña que su pureza es perfecta y que atravesado por la espada nos invita a unirnos a abrazarnos a la cruz de Cristo Jesús.

San Juan Eudes:
Escribe las siguientes palabras que nacen de su corazón consagrado y enamorado, al escribir su libro EL CORAZÓN ADMIRABLE DE LA MADRE DE DIOS:

"A vuestro Corazón, que por un apretado vínculo de amor y de caridad, forma un único Corazón con el de Jesús, por lo que todo cuanto existe en cielos y tierra está sometido a su imperio;

A vuestro Corazón, libro de vida, libro vivo e inmortal, el primero de todos, en el que, de propia mano y con letras de oro, escribió el Espíritu Santo la vida admirable del Salvador del mundo; por cuyo motivo de él dependen y a él están sometidos todos los demás libros:

A vuestro Corazón, el más puro, el más hermoso, rico, noble, generoso, dichoso, sabio, poderoso, benigno, bondadoso, misericordioso, liberal, caritativo, amable, amoroso, el más amado, y el más 'excelente de todos los corazones, al que éstos deben, en consecuencia, atribuir y ofrecer los frutos de bondad que con la ayuda divina puedan producir,

A vuestro Corazón que, por ser Rey y Soberano de todos los corazones, es también con todo derecho, Rey y ¡Dueño absoluto de cuanto existe en el universo;

A vuestro Corazón, en fin, a quien, por divina misericordia, he entregado y consagrado desde mi niñez, mi corazón, mi cuerpo, mi alma, tiempo y eternidad, todo el haber y poseer de mi ser y de mi vida;

Recibid, pues, dignísimo Corazón de mi adorada Señora y queridísima Madre, la ofrenda que de este libro os hago, en honra de cuanto sois y en acción de gracias por los beneficios recibidos de Dios; por vuestra mediación. Dignaos darle vuestra bendición e infundidle vuestro espíritu y virtud, para que predique en el mundo entero vuestras admirables perfecciones, atraiga poderosamente y estimule con eficacia a los  corazones de sus lectores a amaros y honraros e imitar vuestras virtudes que tienen su trono y su reinado en vuestro interior.

Recibidle también, si os place, no sólo como un libro, sino como una bandeja en que os presento mi corazón junto con los corazones de mis Hermanos y Hermanas, suplicándoos humildemente que los ofrezcáis y depositéis irrevocablemente ante su Divina Majestad, y que ella destruya y reduzca a la nada cuanto en ellos le desagrade, que los desligue completamente del mundo y de las cosas de la tierra; les una inseparablemente con el lazo sagrado de una auténtica caridad; que se vean henchidos, animados y poseídos del mismo espíritu de que Vos estáis animada y poseída, que se digne unirlos con Vos a su adorable Corazón con una eterna e inseparable unión; que los transforme en ese mismo Corazón; y los haga dignos de ser hostias vivas, santas y agradables a Dios, abrasadas y consumidas en este horno de amor que arde en vuestro interior, siendo de este modo inmoladas con Vos a gloria del que es todo corazón y todo amor hacia nosotros.

Renuncio para siempre a todo cuanto os pueda desagradar; quiero ser íntegramente vuestro, y por Vos serlo de mi Criador y Dios, que deseo que todos mis movimientos no tengan otro objeto fuera del vuestro, que desprecio y odio tan sólo lo que Vos odiáis y despreciáis; que no quiero estimar ni amar nada fuera de lo que Vos estimáis y amáis; ni entristecerse, sino de lo que, a Vos os entristezca (contriste); ni alegrarse, sino de lo que os regocija, ni quiero tener otros sentimientos, inclinaciones e intenciones que las vuestras; y que pongo toda mi alegría y felicidad en lo que Vos la habéis puesto, es decir, en someterse siempre -y en todo a la adorabilísima voluntad de Dios, para que "nuestros corazones estén inseparablemente fijos allí donde únicamente se halla la verdadera alegría": en la perfecta sumisión y en el total abandono de nosotros mismos y de cuanto nos pertenece a la divina Voluntad. AMÉN."


San Juan Damasceno:

¡Oh María, hija de Joaquín y Ana, soy un pecador que se atreve a hablar de Vos y de vuestro Santísimo Corazón, la cosa más santa y admirable que en vos existe: pero un pecador que os ama, a pesar de todo, ardientemente; que os honra como a soberana, y os reconoce y venera como única causa -- después de Dios- de su alegría y de su dicha toda, como la Reina de su corazón, como la dueña y guía de su vida, y como firme esperanza de su eterna salvación.

Rosario al Inmaculado Corazón de María

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Con el rosario ordinario, sin decir el credo, ni Padres Nuestros ni Ave Marías.

Para comenzar:
En honor de las cinco Sagradas Llagas de Nuestro Divino Redentor, hagamos cinco veces seguidas la señal de la cruz.

En las cuentas grandes de los misterios:
”Corazòn doloroso e Inmaculado de María, rogad por nosotros que nos refugiamos en Tì”.

En las 10 cuentas pequeñas:
 “Madre Nuestra, ¡Sálvanos, por la llama de amor de Tu Inmaculado Corazón!”.

Para terminar:
(tres veces) Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos, amén.

Oración por la difusión de la Llama de amor del Inmaculado Corazón de Maria.
(Con aprobación personal de S.S. Paulo VI, Nov. 1973)

¡Bienaventurada siempre Virgen María, queridísima Madre nuestra del Cielo! Tú amas tanto a Dios y a nosotros, tus hijos, que ofrecistes a Tu Divino Hijo, Jesús, en la cruz como desagravio, a nuestro Padre Celestial, para alcanzar la salvación para nosotros, a fin de que el que crea en EL, no perezca, sino tenga vida eterna.

Con filial confianza, te rogamos Madre; que con la Llama de amor de Tu Inmaculado Corazón, atizada por el Espíritu Santo, enciendas en nuestros corazones lánguidos, el fuego del amor perfecto hacia Dios y los hombres, a fin, de que unidos contigo en un solo corazón, amemos sin cesar a Dios, y a nuestro prójimo.

Letanías al Inmaculado Corazón de María

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Señor, ten piedad...
Cristo, ten piedad...
Señor, ten piedad...
Cristo, oyenos.
Cristo, escúchanos
Dios Padre celestial,                         Ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo,         Ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo,                          Ten misericordia de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios,            Ten misericordia de nosotros.

                                                       (ahora se responde : ruega por nosotros)
Santa María, Corazón Inmaculado de María,
Corazón de María, lleno de gracia
Corazón de María, vaso del amor más puro
Corazón de María, consagrado íntegro a Dios
Corazón de María, preservado de todo pecado
Corazón de María, morada de la Santísima Trinidad
Corazón de María, delicia del Padre en la Creación
Corazón de María, instrumento del Hijo en la Redención
Corazón de María, la esposa del Espíritu Santo
Corazón de María, abismo y prodigio de humildad
Corazón de María, medianero de todas las gracias
Corazón de María, latiendo al unísono con el Corazón de Jesús
Corazón de María, gozando siempre de la visión beatífica
Corazón de María, holocausto del amor divino
Corazón de María, abogado ante la justicia divina
Corazón de María, traspasado de una espada
Corazón de María, coronado de espinas por nuestros pecados
Corazón de María, agonizando en la Pasión de tu Hijo
Corazón de María, exultando en la resurrección de tu Hijo
Corazón de María, triunfando eternamente con Jesús
Corazón de María, fortaleza de los cristianos
Corazón de María, refugio de los perseguidos
Corazón de María, esperanza de los pecadores
Corazón de María, consuelo de los moribundos
Corazón de María, alivio de los que sufren
Corazón de María, lazo de unión con Cristo
Corazón de María, camino seguro al Cielo
Corazón de María, prenda de paz y santidad
Corazón de María, vencedora de las herejías
Corazón de María, de la Reina de Cielos y Tierra
Corazón de María, de la Madre de Dios y de la Iglesia
Corazón de María, que por fin triunfarás

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,                Perdónanos Señor
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,                Escúchanos Señor
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,                Ten misericordia de nosotros.

V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios
R. Para que seamos dignos de alcanzar la promesas de Nuestro Señor Jesucristo

Oremos

Tú que nos has preparado en el Corazón Inmaculado de María una digna morada de tu Hijo Jesucristo, concédenos la gracia de vivir siempre conformes a sus enseñanzas y de cumplir sus deseos. Por Cristo tu Hijo, Nuestro Señor. Amen

Cristo ha resucitado!, Aleluya!.


Desde el balcón principal de la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco envía el tradicional saludo de Pascua e impartir la Bendición Urbi et Orbi con el beneficio de la indulgencia plenaria;

Queridos hermanos y hermanas de Roma y de todo el mundo: ¡Feliz Pascua! ¡Feliz Pascua!


Es una gran alegría para mí poderos dar este anuncio: ¡Cristo ha resucitado! Quisiera que llegara a todas las casas, a todas las familias, especialmente allí donde hay más sufrimiento, en los hospitales, en las cárceles...
Quisiera que llegara sobre todo al corazón de cada uno, porque es allí donde Dios quiere sembrar esta Buena Nueva: Jesús ha resucitado, hay la esperanza para ti, ya no estás bajo el dominio del pecado, del mal. Ha vencido el amor, ha triunfado la misericordia. La misericordia de Dios siempre vence.
 ¿Qué significa que Jesús ha resucitado?
Significa que el amor de Dios es más fuerte que el mal y la muerte misma, significa que el amor de Dios puede transformar nuestras vidas y hacer florecer esas zonas de desierto que hay en nuestro corazón. Y esto lo puede hacer el amor de Dios.

Este mismo amor por el que el Hijo de Dios se ha hecho hombre, y ha ido hasta el fondo por la senda de la humildad y de la entrega de sí, hasta descender a los infiernos, al abismo de la separación de Dios, este mismo amor misericordioso ha inundado de luz el cuerpo muerto de Jesús, y lo ha transfigurado, lo ha hecho pasar a la vida eterna. Jesús no ha vuelto a su vida anterior, a la vida terrenal, sino que ha entrado en la vida gloriosa de Dios y ha entrado en ella con nuestra humanidad, nos ha abierto a un futuro de esperanza.

He aquí lo que es la Pascua: el éxodo, el paso del hombre de la esclavitud del pecado, del mal, a la libertad del amor y la bondad. Porque Dios es vida, sólo vida, y su gloria somos nosotros: es el hombre vivo (cf. san Ireneo, Adv. haereses, 4,20,5-7).
Queridos hermanos y hermanas, Cristo murió y resucitó una vez para siempre y por todos, pero el poder de la resurrección, este paso de la esclavitud del mal a la libertad del bien, debe ponerse en práctica en todos los tiempos, en los momentos concretos de nuestra vida, en nuestra vida cotidiana. Cuántos desiertos debe atravesar el ser humano también hoy. Sobre todo el desierto que está dentro de él, cuando falta el amor de Dios y del prójimo, cuando no se es consciente de ser custodio de todo lo que el Creador nos ha dado y nos da. Pero la misericordia de Dios puede hacer florecer hasta la tierra más árida, puede hacer revivir incluso a los huesos secos (cf. Ez 37,1-14).
He aquí, pues, la invitación que hago a todos: Acojamos la gracia de la Resurrección de Cristo. Dejémonos renovar por la misericordia de Dios, dejémonos amar por Jesús, dejemos que la fuerza de su amor transforme también nuestras vidas; y hagámonos instrumentos de esta misericordia, cauces a través de los cuales Dios pueda regar la tierra, custodiar toda la creación y hacer florecer la justicia y la paz.



Primera homilía del Papa su santidad FRANCISCO

CAMINAR, EDIFICAR, CONFESAR

 "SI NO CONFESAMOS A JESUCRISTO LA COSA NO VA", dijo el Papa FRANCISCO en la Eucaristía de Acción de Gracias.

Y citando al converso Leon Bloy, dijo: que "quien no predica al Señor predica al Diablo".

 "Tengamos el coraje de caminar en presencia del Señor, con la Cruz del Señor, de edificar a la Iglesia sobre la sangre del Señor, que está sobre la Cruz, y de confesar la única gloria, Cristo crucificado. Y así la Iglesia
irá adelante", subrayó.

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