Que Dios aprueba y manda el uso de las IMÁGENES para estimular el fervor


Los católicos no adoramos imágenes. Decirlo es ignorancia o malicia.


Cuando el hombre cayó por el pecado y perdió la intimidad con Dios, comenzó a confundir a Dios con otras cosas y a darles culto como si fueran dioses. Este culto se representaba frecuentemente con esculturas o imágenes idolátricas. La prohibición del Decálogo contra las imágenes se explica por la función de tales representaciones idolátricas.

El Primer Mandamiento: Puesto que no visteis figura alguna el día en que el Señor os habló en el Horeb de en medio del fuego, no vayáis a prevaricar y os hagáis alguna escultura de cualquier representación que sea... (Dt 4:15-16) (cf. Catecismo de la Iglesia Católica #2129s.)

Los Israelitas eran una minoría rodeada por pueblos idólatras.  Dios quiso protegerlos de esas prácticas pero ellos frecuentemente caían. Los profetas, especialmente Oseas, Jeremías y Ezequiel hablaron en nombre de Dios para prohibir la idolatría y se llevaron a cabo muchas reformas para purificar las malas prácticas (cf. 2 R 23: 4-14).

Sin embargo, ya en el Antiguo Testamento, Dios ordenó o permitió la institución de imágenes que conducirían simbólicamente a la salvación por el Verbo encarnado.


"Dios hizo a los seres humanos a su imagen y semejanza" Gen.1,26.



Sb 16,5-14, Jn 3,14-15

"Moisés hizo una serpiente bronce y la puso en un asta. Cuando alguno era mordido por una serpiente, miraba la serpiente de bronce y quedaba curado" Nm.21,9.

Querubines, bueyes y otras imágenes en el Templo:
Dios ordena poner grandes estatuas de querubines junto al Arca de la Alianza. Estas obviamente no eran para idolatría sino como símbolo de la adoración de los ángeles invisibles allí presentes. Inspiraban temor de Dios.

"Haz también dos querubines de oro labrado y colócalos a los dos extremos de la cubierta" Éx.25,18.
"En el interior de la sala del Santo de los Santos hizo dos querubines, de obra esculpida, que revistió de oro". -II Crónicas 3,10
"Puso en el lugar santísimo dos querubines de madera de olivo de cinco metros de altura" lRe.6,23.
"También revistió de oro los querubines, hizo esculpir los muros exteriores del templo con bajorrelieves de querubines. Las hojas de la puerta eran de madera de olivo con tallados de querubines" 1Re.6,28-32.
"Debajo del borde había de todo, alrededor una orla con bajorrelieves de frutos, veinte por metro. Las hileras de dichos bajorrelieves habían sido fundidos a la vez que el depósito. Dicho depósito descansaba sobre doce toros; tres de ellos miraban al norte, tres al oeste, tres al sur y tres al este. Sobre ellos se apocaba el depósito, quedando hacia dentro la parte trasera de los toros" 1Re.7,24-25.

Obviamente estas imágenes no eran idolátricas sino símbolos que inspiraban al culto al verdadero Dios creador de todas las cosas.

El Hijo de Dios, al encarnarse, inauguró una nueva economía de gracia:

"Cristo es la imagen visible de Dios"Col.1,15.
Mientras antes de Cristo nadie podía ver el rostro de Dios, ahora en Cristo, Dios se hizo visible. Antes de Jesús las imágenes con frecuencia representaban a ídolos, se usaban para la idolatría. En la plenitud de los tiempos, el verdadero Dios quiso encarnarse y así tener imagen humana. Jesucristo es la IMAGEN visible del Padre.
Nos dice el Catecismo # 476:
 "Como el Verbo se hizo carne asumiendo una verdadera humanidad, el cuerpo de Cristo era limitado (cf. Cc. de Letrán en el año 649: DS 504). Por eso se puede "pintar" la faz humana de Jesús (Ga 3,2). En el séptimo Concilio Ecuménico (Cc de Nicea II, en el año 787:DS 600-603) la Iglesia reconoció que es legítima su representación en imágenes sagradas.
Juan 14:9 "Le dice Jesús: "¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"?"
El uso cristiano de las imágenes no es contrario al Primer Mandamiento que proscribe los ídolos. En efecto, el honor dado a una imagen se remonta al modelo original. El que venera una imagen venera en ella la persona que en ella está representada. El honor tributado a las imágenes sagradas es una veneración respetuosa, no una adoración, que sólo le corresponde a Dios.
Fundándose en el misterio del Verbo Encarnado, el séptimo Concilio Ecuménico, celebrado en Nicea en 787,  permitió la institución de imágenes (Este concilio no instauró el uso de las imágenes, que como vimos se remonta al comienzo del cristianismo, mas bien afirmó la práctica)


Muchos de los textos han sido tomados de la siguiente página: 
http://www.corazones.org/apologetica/imagenes.htm