NOVENA AL ESPÍRITU SANTO, día quinto


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En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.


VEN CREADOR ESPÍRITU
De los tuyos la mente a visitar
a encender en tu amor los corazones,
que de la nada te gustó crear.

Tú que eres gran Consolador
y don altísimo de Dios
Fuente viva, y Amor, y Fuego Ardiente y Espiritual unción.

Tú, tan generoso en dádivas,
Tú, poder de la diestra paternal:
Tú, promesa magnífica del Padre que el torpe labio vienes a soltar.

Con tu luz ilumina los sentidos, los afectos inflama con tu amor,
con tu fuerza invencible fortifica la corpórea flaqueza y corrupción.

Lejos expulsa al pérfido enemigo, danos pronto tu paz, siendo tú nuestro guía, toda culpa logremos evitar.

Dénos tu influjo conocer al Padre, dénos, también al Hijo conocer, y en Tí, del Uno y Otro, Santo Espíritu, para siempre creer.

A Dios Padre, alabanza, honor y gloria, con el Hijo que un día resucitó,
y a Tí, abogado y consuelo del cristiano, por los siglos se rinda de admiración. Amén.

Envía Señor tu espíritu: y serán creadas y renovadas todas las cosas.

OREMOS:
Oh Dios que con la luz del Espíritu Santo iluminaste los corazones de tus fieles. Concédenos este mismo espíritu para obrar con prudencia y santidad y gozar siempre de sus divinos consuelos. Te lo suplicamos en el nombre de Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

"YO PEDIRÉ AL PADRE QUE OS DÉ UN PARÁCLITO, UN DEFENSOR QUE ESTÉ SIEMPRE CON VOSOTROS, EL ESPÍRITU DE VERDAD" (Jesucristo S. Juan 14,16)

 Jesús no quiere permitir que ten­gamos que luchar solos en la vida cristiana. Promete que nos enviará un "Paráclito". Y, qué quiere decir la palabra Paráclito? Es una palabra griega que significa: Un Consolador, Un Defensor, un Abogado que se coloca junto a un indefenso y débil para ayudarlo.

En griego, que es el idioma en que fue escrito el Evangelio de San Juan, la palabra Paráclito significa: "una persona a quien se llama en situa­ción de angustia ". Se titulaba tam­bién así a la persona que llegaba al tribunal para dar testimonio en favor de alguien y defenderlo. O el Abogado que se llamaba para tomar la defensa de un acusado cuando éste tenía peligro de recibir una condena grave. Otro significado que se le daba a la palabra Paráclito era la de un Técnico o Experto, o Consultor al cual se recurría para aconsejarse sobre alguna situación muy difícil. En la milicia se llamaba Paráclito a un Especialista en Sicología, al cual se le pedía que viniera a animar, entusiasmar e infundir coraje y alegría a los soldados de un ejército, cuando en una guerra se hallaban muy deprimidos. Por eso en varias biblias se traduce Paráclito por Consolador.

En todos estos significados Pará­clito es un nombre que se le da a una persona a quien se llama para brindar ayuda a seres débiles que tienen problemas o están sumidos en tristezas, dudas o confusiones, y necesitan un guía seguro para supe­rar esa situación. Según este nombre que la Sagrada Escritura le da al Espíritu Santo, El se presenta como alguien que nos ayuda a enfrentar las situaciones difíciles. El es quien nos concede fuerzas y luces para enfrentar los problemas, y para cambiar una vida derrotada en una existencia victoriosa.

De manera que lo que dice Jesús con esta frase que estamos expli­cando es lo siguiente: "Os enco­miendo una tarea dura y os dejo mandatos difíciles. Pero os enviaré a alguien que es un Paráclito, o sea un Defensor, un Guía, un Animador. El os mostrará lo que debéis hacer: os dará luces y fuerzas y os hará capaces de enfrentar cualquier batalla por la santidad".

Es un "regalazo" del Señor. Aleluya. 
PRACTICA: 
Hablaré a alguna persona de la devoción al Espíritu Santo o regalaré alguna oración al Divino Espíritu. 


EJEMPLO: 
SOLUCIONES PRECISAS PARA CASOS EXTRARRAPIDOS:
 A veces se presentan disyuntivas angustiosas. Se exigen soluciones extrarrápidas y la razón no alcanza a formar sus raciocinios. El buen cristiano eleva inmediatamente su corazón a Dios y es entonces cuando se hace presente el Espíritu Santo con sus luces e inspiraciones. No sería esto lo que sucedió a Salomón cuando le presentaron el célebre caso de las dos mujeres que se peleaban por un niño diciendo cada cual que era la madre del infante, y a él se le ocurrió decir que partieran el bebé y le dieran la mitad a cada una... y la que no era la madre aceptó esto, pero la verdadera madre prefirió que le dieran el niño vivo a la otra con lo cual descubrió el rey quién era la propia madre del niño? No es lo que sucedió a Cristo cuando le presentan la pecadora para ver si la condena, y les dice: "El que no tenga pecado que lance la primera piedra", y se fueron todos avergonzados, empezando por los más viejos que eran los más dañados? Claro está que estas inspiraciones del Espíritu Santo no caben a la vez en la mente con el orgullo.

Si nos creemos auto suficientes, infalibles, que no necesitamos de la oración a Dios y de pedir consejo a los demás ni de seguir las instruc­ciones de los superiores, entonces el Señor nos deja que nos guiemos por nuestras solas luces que son bien pocas, y se cumple lo que decía Jesús: "SÍ un ciego guía a otro ciego, los dos caen en el abismo". Que no nos suceda lo que dice la S. Biblia de un rey de Israel: "Porque su corazón se llenó de orgullo, Dios lo abandonó en manos de sus enemigos".

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ORACIÓN FINAL

Ven, Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre, don, en tus dones espléndido;
luz que iluminas las almas; fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso en nuestros esfuerzos,
tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas, y reconforta en los duelos.
Llega hasta el fondo del alma divina Luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del alma si tú le faltas por dentro.
Mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía sana el corazón enfermo,
lava las manchas. Infunde calor, de vida en mi hielo.
Doma al Espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su éxito.
Salva al que gusta salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.

Según la intención del Sumo Pontífice: Padrenuestro. Avemaria y Gloria.

Por la conversión de los pecadores: Dios te salve Reina y Madre.

Oh Espíritu Santo: Amor del Padre y del Hijo:
Inspíranos siempre lo que debemos hacer y lo que debamos evitar.
Lo que debemos decir y lo que debemos pensar,
para procurar tu gloria y el bien de las almas. Amén

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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