LETANIAS a la Santísima Virgen María

VIRGEN MARÍA / ROSARIO / LETANIAS LAURETANAS

Al terminar el Santo Rosario se recitan las letanías.
 
En honor de nuestra Madre Santísima, conocemos la más popular de todas las Letanías, la Lauretana, que es llamada así en las Constituciones de los Sumos Pontífices: Sixto V, Clemente VIII, Alejandro VII, etc., porque se usó por primera vez en el Santuario de Loreto.

La Letanía Lauretana se compone de una serie de invocaciones a María, de títulos de honor que los santos Padres le dieron, títulos que se fundan principalmente en la única e incomunicable dignidad de María Madre de Dios. Con ellos honramos su persona e invocamos su poderosa intercesión.

Recitar la Letanía es ante todo dar gloria a Dios que tanto ensalzó a su Madre Santísima; es darle gracias a Ella y por Ella. Es alabarla, admirarla y pedirle su protección, es reconocer y meditar sus virtudes, movernos a imitarla, en cuanto es posible a nuestra humana debilidad, es pedir a Dios y a Ella gracia y protección para llevar a cabo lo que es imposible a nuestras propias fuerzas.
Es una oración corta y muy fácil para quien la medita, es una oración rica de santos pensamientos y de afectos sobrenaturales.

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial,                ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo,   ten piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo,                ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, un solo Dios,  ten piedad de nosotros.

Santa María,                                    ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,                     ruega por nosotros.
Santa Virgen de las Vírgenes,

Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de misericordia,

Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,

Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,

Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,

Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,

Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten misericordia de nosotros.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de Jesucristo nuestro Señor.

Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas. Por Cristo nuestro Señor. Amén.


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